El ahumado del pescado es una técnica de conservación que consiste en exponerlo al humo de la madera, lo que le confiere un aroma particular y prolonga su vida útil gracias a su efecto antiséptico y deshidratante. Existen dos tipos de ahumado: en frío (20-30 °C), que mantiene el pescado crudo pero firme, como el salmón ahumado, y en caliente (60-80 °C), que cuece el pescado, como la caballa ahumada. El proceso consta de varias etapas: preparación, salazón (para sazonar e iniciar la deshidratación), secado (para fijar el humo), ahumado (exposición al humo controlado) y enfriamiento antes del envasado. El humo contiene compuestos aromáticos y antisépticos, lo que hace que el pescado sea sabroso y más estable.